Adaptarse a los cambios y a las nuevas tecnologías es una máxima laboral que la transformación digital de la sociedad no ha hecho si no acentuar: sigue aumentando la demanda de habilidades y competencias digitales en campos como el análisis y la ingeniería de datos, la ciberseguridad, el Blockchain o la inteligencia artificial (IA), entre muchas otras, y la popularización de herramientas como la IA generativa afectará a prácticamente todos los campos profesionales y educativos.

Vivimos en una época en la que las oportunidades surgen a la vez que los desafíos. Frente a quienes piensan que el avance de la IA puede provocar una pérdida de empleo masiva, hay quienes afirman que este no se perderá en manos de esta tecnología, sino más bien en las de aquellos profesionales que hayan sabido adaptarse y adquirir las competencias necesarias para mantenerse competitivos y hacer uso de todas esas nuevas herramientas: “La inteligencia artificial viene a cambiar las reglas del juego, pero no a eliminar a los jugadores. La forma en la que enfrentamos nuestras tareas diarias va a modificarse, eliminando lo trivial y dejándonos tiempo para lo realmente importante”, explica Javier Torrenteras, director de Verne Academy.

Sin embargo, la adopción de nuevas tecnologías no siempre va acompañada de la necesaria formación, y aunque el 73 % de las empresas europeas utiliza la IA en su negocio, tan solo el 30 % forma a sus empleados en esta tecnología y el 40 % no ofrece ningún tipo de formación, según un estudio realizado por la Asociación de Auditoría y Control de Sistemas de Información (ISACA). “Todo ello supone una problemática que impacta no solo en la productividad y adaptación de los equipos, sino en temas tan importantes como la seguridad y el crecimiento del negocio”, sostiene Torrenteras: “Hay muchas empresas que aún no tienen la suficiente madurez tecnológica, y que piensan que la IA es solo para compañías más grandes o con presupuestos más amplios”.