La Formación Profesional (FP) en España ha experimentado un notable auge en los últimos años, consolidándose como una alternativa efectiva a la universidad y una vía directa hacia el empleo. Y es que, tal y como apunta Francisco Montero, director de ETEE (Escuela Técnica de Enseñanzas Especializadas) –un centro con más de 35 años de trayectoria–, «aparte de su propia importancia como estudios superiores, la FP cuenta con el valor añadido de servir como puente de acceso a la universidad para estudiantes que no hayan superado la EVAU o que habiéndolo hecho no hayan conseguido la puntuación necesaria para la carrera deseada. Por ejemplo, una opción muy interesante es cursar una FP Superior de Anatomía Patológica o Laboratorio Clínico para acceder a carreras como Medicina, Fisioterapia, Odontología o Biología entre otras».

Según un informe elaborado por Randstad y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, la FP destaca por sus altas tasas de empleabilidad. En concreto, la tasa de empleo de los titulados en FP, ya sea de grado medio o superior, alcanza el 73%, superando en cinco puntos la media general de empleabilidad en el país, por lo que son mejores que las de la media de trabajadores. Este crecimiento se refleja en el aumento del número de estudiantes de FP, que ha pasado de 150.000 en 2005 a 250.000 en los últimos años. Este incremento muestra un claro reconocimiento de la FP como una formación necesaria y eficaz, especialmente entre los jóvenes de 25 a 29 años con un título de FP de Grado Medio, quienes presentan una tasa de empleo del 72,7%. Este porcentaje es significativamente mayor que el 67,7% de la media de su franja de edad y que el 58,4% de aquellos con un nivel educativo bajo.