Estar preparados para lo inesperado es posiblemente el mayor reto al que se enfrentan nuestras sociedades. Una tarea cada vez más compleja en un mundo en el que los cambios se aceleran y la incertidumbre marca el futuro. Debemos desarrollar y fortalecer aquellas capacidades que nos permitan responder a lo que nos depare el mañana. Prepararnos y preparar a las generaciones futuras para anticiparse y adaptarse.