La efectividad de los 1.300 millones de euros de inversión en formación profesional depende de estudios del mercado laboral previos más no de campañas electorales. | EuropaPress/Unsplash (Montaje).
La Formación Profesional (FP) se ha convertido en los últimos años en el estamento estudiantil más práctico y útil para obtener trabajo. Más cortas que las carreras universitarias y con una formación mucho más práctica, los jóvenes cada vez prefieren más esta opción. No obstante, la demanda laboral y la oferta estudiantil se han contrapuesto, obligando a muchos oficios a casi desaparecer, pues las FP se han encargado de formas en aquellos sectores que antaño pasaban de padres a hijos, como la mecánica o la carnicería.
Como adelantó THE OBJECTIVE, el sector de los carniceros, pescaderos y fruteros se ha visto en la obligación de crear módulos profesionales para formar titulados para el oficio, debido al alto riesgo de desaparición por la falta de relevo generacional.
Esta desaparición de oficios no se ha dado solo en este sector, sino que se ha visto en distintos empleos y ‘mundillos’, debido principalmente a la falta de profesionales cualificados. «Claramente existe un desajuste entre el tipo de trabajos que ofrecen las empresas y la demanda real que plantean los desempleados», expresan a este medio desde la Asociación Estatal de Grandes Empresas de Formación (AEGEF).