XAVIER ARNAU (GETTY IMAGES)
El BOE publicó el 1 de abril del pasado año la Ley Orgánica de Ordenación e Integración de la Formación Profesional (FP), “con la que se busca la transformación del modelo de FP en un sistema único que facilite el acceso a un empleo de calidad para los jóvenes respondiendo a sus aspiraciones profesionales a lo largo de su vida y a las demandas del sector empresarial”. Un año después, el Consejo de Ministros aprobó, con fecha 11 de abril, el real decreto que dibuja el calendario de implantación del nuevo sistema de formación profesional a lo largo de los próximos cuatro años, y que fija el curso 2023-2024 como el comienzo para que las distintas administraciones lo implanten de manera gradual conforme a sus competencias.
Clara Sanz, secretaria general de Formación Profesional del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), señala que “el impulso y la modernización de la formación profesional se han convertido en un asunto de Estado con una apuesta económica sin precedentes, al que se han adherido todas las fuerzas sociales y económicas de nuestro país”. La imagen de la FP desde la anterior ley orgánica (vigente durante los últimos 20 años) ha transitado hacia una formación más acorde a los tiempos que vivimos, donde la digitalización, la sostenibilidad, la innovación aplicada, el emprendimiento o la internacionalización marcan el día a día del mercado laboral.